El origen de Aprendiendo en Casa es la historia de una familia de educadores que, impulsados por la pasión por enseñar y ayudar, decidimos crear un espacio donde los alumnos pudieran acceder a una educación de calidad, sin importar dónde se encuentren.

Todo comenzó en el hogar familiar, rodeados de libros y pizarras, donde cada miembro de la familia compartía su conocimiento con otros, ya sea en las tardes libres, en los días de descanso o entre risas y anécdotas. Así, sin darnos cuenta, comenzamos a forjar un camino en la docencia, ayudando a chicos y chicas de distintas edades a superar los desafíos del aprendizaje.

Con el tiempo, nuestra visión se fue ampliando. Nos dimos cuenta de que la educación no tenía fronteras, y que con el avance de la tecnología podíamos llevar nuestros conocimientos más allá de los límites de nuestra casa. Decidimos unir fuerzas, dejar atrás la enseñanza tradicional de aula y abrazar un nuevo desafío: las clases online. Poco a poco, con esfuerzo y dedicación, fuimos perfeccionando nuestro método, adaptándonos a las nuevas herramientas digitales y creando un ambiente donde los estudiantes pudieran aprender desde la comodidad de su hogar.

El mundo cambió cuando la pandemia golpeó de lleno. De un día para el otro, el aula tradicional dejó de existir y todo pasó al formato virtual. La incertidumbre reinaba, pero en Aprendiendo en Casa estábamos preparados. Ya veníamos de años de enseñanza en línea y decidimos aprovechar este nuevo contexto para seguir adelante con nuestra misión. En ese momento, tomamos la decisión de formalizar lo que habíamos comenzado de manera humilde, y así nació la plataforma educativa que, hoy en día, conecta a miles de alumnos con sus futuros educadores.

Desde entonces, nuestra familia de educadores no ha parado de trabajar. Nos embarcamos en un camino que tiene un solo objetivo: brindar una educación accesible, de calidad y llena de pasión, para todos los rincones de Argentina. Y aunque el camino ha sido largo, cada nuevo alumno que llega a nuestras clases, cada sonrisa de un estudiante que superó sus miedos y desafíos, nos confirma que estamos en el lugar correcto.